Originario de la China, el Tofú se obtiene tras cuajar la soja con nigari, -sal marina con magnesio-. La parte sólida resultante se escurre y prensa, formando bloques.
El Tofú es un alimento fácilmente digerible y mucho más fácil y rápido de cocinar que la soja. Muy versátil puede sustituir al queso o a la carne en la elaboración de toda clase de platos; ensaladas, pastas, arroces, etc.
Absorbe el aroma de los alimentos con los que se combina y su textura se adapta a numerosas presentaciones: fritos, rebozados…
Su más importante virtud es, que la concentración de calcio en el tofú es mucho mayor que en la leche; por lo que es muy recomendable para los grupos de población con más nece-sidades, como pueden ser los niños o los ancianos.
Por cada 100 gramos de tofú obtendremos entre 111 mg y 162 mg de calcio, dependiendo si es blanda o dura su consistencia. El tofú es muy conveniente para regular el colesterol, y además es uno de los alimentos que ayudan a prevenir el cáncer.
Junto a su destacada riqueza proteica, el Tofú es especialmente rico en el aminoácido lisina. Aporta también inositol y colina, dos nutrientes que no tienen la categoría de vitaminas, pero que funcionan de manera similar.
Estas tienen una gran capacidad de movilizar las grasas, es decir para impedir su acumulación, especialmente en el hígado. Combina muy bien con cereales, y en ese sentido permite incrementar más del 30% el aprovechamiento proteico de estos si se toma en la proporción de una parte de Tofú por cada cuatro de cereales.
Asimismo contiene canti-dades importantes de minerales (magnesio, fósforo, calcio y hierro) y de vitaminas B1, B2. B6 y B9. Posee un bajo contenido en calorías (76 por cada 100 g consumidos) y en hidratos de carbono, siendo pobre en grasas (solo aporta un 5%) y en colesterol. Un 7% aproximadamente del peso son proteínas y 1 % de hidratos de carbono.
El tofú no tiene un sabor peculiar, de hecho es bastante insípido, la mejor forma para prepararlo es adicionarle algún tipo de especia de sabor potente.